Salitre (o 19:39)

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Amanece mientras busco plaza para aparcar. Las luces rojas se alternan con el naranja y el morado, y las blancas se difuminan lentamente en la autopista, lenta cadencia analgésica. Y me pesan los brazos, me aprieta la garganta.

Entonces se me mete arena en un zapato, justo al lado de un árbol raquítico, y siento los pies húmedos. Pido un café en la esquina, porque es pronto todavía, es ese tiempo suspendido y gratis, el único momento gratis en un día vendido. Y le hago la zancadilla a los cordones de mis zapatos, pero eso no se lo diré al camarero.

Alguien tendría que venir a abrazarme por la espalda, sin embargo estoy encerrado entre edificios siniestros. Alguien tendría que sonreírme de perfil al leer lo de Kundera y lo de las lunas turcas, sin embargo alguien tose al fondo de la barra. Y, mientras pienso que sólo con ella se comparten los cruasanes, con la luna, digo, y miro el café agarrado a las paredes de mi taza, más perdido si cabe, pienso también en las fotos y en Chile, en la carne de aceituna, en los pendientes en el bolsillo de mi chaqueta, en sonrisas de abajo a arriba, en billetes de lotería y en trabajos fáciles para vidas difíciles.
Y si no son fáciles, por lo menos que sepan a otra cosa.

Y suena Salitre48 mientras se vuelve a acelerar el tiempo, me voy yendo poco a poco al pasado, primero a las 19:39 de ayer y luego a las 19:39 de hace algunos años. Como el olor a té y magdalena, lo mismo pero en verde, con el pelo mojado y con armónica.

Y sin querer termina de amanecer, las luces borrosas de la autopista se convierten en líneas blancas, el susurro se convierte en ruido y mis pies deambulan entre las olas, las piedras del fondo y el olor es a fruta reluciente, y a sal, y a faldas... y a carnaval, a aparcamientos vacíos, a hierba en los cajones, a muchas cosas pequeñas y grandes.

A mi también me habría costado menos levantarme hoy.
(Hoy no me detendrán...)

Y ahora, a empezar de nuevo.



"Afuera el carnaval.
Los gritos,
las estrellas valientes..."

Welcome (you're never gonna die)

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Ayer, a medianoche, robé una bombilla de la despensa. Me había destrozado una rodilla al entrar en el baño por enésima vez sin luz, tuve que rendirme y apagar la vela...y llevarla a la despensa para no tropezarme al buscar el pan rallado. Soluciones de mierda para noches perfectas.
Sentí un poco de pena, ducharse con una vela a través de las gotas del cristal era muy magnético. Sobre todo si te la pela que el magnetismo de la música pase de tu habitación a todo el vecindario. Y, a mi, me la pelaba.

Wish you were here.
Todavía recuerdo la primera vez que escuché Welcome to the machine, era verano (eso creo, porque antes los límites de los veranos eran algo difusos) y fue en la pequeña habitación de Combray (o de Hendaya)... la que tenía el papel verde de las paredes desgarrado, cosa que aprovechaba para esconder monedas y fotos bajo amenaza de castigo infinito a caminar calzado por las aceras. Y en donde la repisa en la ventana tenía escamas de pintura blanca para mirar el faro ir y venir durante horas.


Me quedé de piedra.
Nunca habá escuchado nada igual.


En aquella habitación mi tío amacenaba sus discos viejos, algún tiempo después encontré un viejo tocadiscos junto a algunos de los Zeppelin. Ahí empezó todo, y la bombilla se balanceaba en el techo, y se fundía cada dos por tres, lo que pasa es que era pequeño para tener una vela, o eso decía mi abuela (que roncaba justo debajo de mi habitación y que, probablemente, estaba pensando en ponerla en la despensa). El estallido de las bombillas allí es suave, húmedo, perfecto para cualquier canción de este disco.

También recuerdo la última vez que escuché ese sonido aterrizaje forzoso y de puerta interestelar, estaba con Spin perdidos en una autopista... y tampoco olvidaré que fue lo primero que me puse cuando desembalé los Roland. Y que en mi agenda está pensado que todo lo de dentro queme lo de fuera, como la portada, como ese fuego que quema el papel.
Y es que es como si te helaras por dentro y te quemaras por fuera.
Y es que hay, quizá, mejores portadas de Pink Floyd, pero pocos discos con semejantes escalofríos, burbujas y recuerdos.

Hoy, después de dormirme con Have a Cigar, ensangrentado y con un dedo roto, tranquilo y plácido, he llegado al edificio siniestro envuelto en niebla, atontado y dolorido.
Y en el asiento de mi coche había un edredón de un millón de euros, y una bufanda.

"You're gonna go far,
You're gonna fly high,
You're never gonna die,
You're gonna make it, if you try..."

Bulbs (& Tonic)

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Ayer se fundió la bombilla de mi cuarto de baño.
Es la tercera en menos de una semana, y ayer me topé con un viejo amigo por la calle: un tópico, cara de circunstancias y un "es que vienen todas juntas".
Primero fue la de un flexo. Se fundió casi a las nueve del domingo después de diez años de fiel servicio, estaba quitando el polvo a octubre cuando, de pronto, me quedé a medias. Sólo había sombras alargadas y más abajo, más sombras. Le miré, y nada, ni una sola contestación, había muerto, punto... ¡Qué coño!
Después vino una farola enfrente de mi casa. y ahora hay una mancha negra en el suelo al llegar a casa de noche.
Y después, a la tercera, la luz del baño. Y ahí estaba la portada de Joe Henry, entre azulejos y periódicos viejos. También él está en medio de una calle oscura, bueno no es él pero un poco sí que lo es. Fácil.

Y dificil.

Y esta mañana, que sin ser de lunes lo parecía, por el picor en los ojos, me he visto a oscuras en el baño, sin atender al vaho del espejo porque de poco servía, regulando el agua de la ducha a piel. Cien veces he encendido el iterruptor sin pensar, sin respuesta. Movimientos involuntarios fruto de la costumbre. Mierda de debilidad humana.
Y esto significaba dos cosas. Ha llegado el invierno, que significa, a su vez, que en Madrid no hay otoño. Y todo lo que empieza acaba, y el tiempo y tal... Pero... ¿para qué voy a tirarme por esta ventana? si sonaba "Time is a lion" y ya estaba la suerte echada.

Además, no es mi guerra ahora.

Joe Henry intentó hacer ginebra casera en su sótano. Había leído cómo hacerlo, no era tan dificil. Destilar para mezclar con tónica, la idea era brillante. Era. Y creo que no fué.
Hoy saldré pronto de aquí, saldré y será todavía de día. Quizá pueda bajar al sótano, soltarme la corbata, trincar los Roland y recordarla a ella, recordar la guerra civil, nuestra canción, porque "god only knows" que el amor es suficiente.

Y coger la bombilla fundida.
Y fabricar luz.

Al fin y al cabo tampoco puede ser tan dificil.
(Y él no olvidó las flores, se las llevó a "Civilians")


"The years see the best of intentions and greed
they come without shame, they'll leave you with some
men become old when their hurt becomes need,
but time is a lover and your time is young..."